Los profesores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y miembros de FutureWater, Victoriano Martínez Álvarez y Bernardo Martín Górriz presentaron recientemente el informe ‘Antecedentes y problemática de la aplicación de agua marina desalinizada al riego agrícola’. En la actualidad, el agua de mar desalinizada se presenta como una de las principales estrategias de la planificación hidrológica del sureste español, una región caracterizada por la escasez de precipitaciones y la dependencia de recursos hídricos procedentes de otras cuencas.
El informe, encargado por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), revisa el estado del arte sobre el uso del agua desalinizada para el riego agrícola, identifica aquellos aspectos agronómico que pudieran ser problemáticos debido a la escasez de minerales o la presencia de compuestos fitotóxicos, y elabora un conjunto de recomendaciones que ayudarían a los regantes a minimizar y evitar las afecciones sobre los cultivos y las tierras agrícolas.
Además de los problemas agronómicos que pudieran derivarse por el uso continuado de agua desalada, los elevados costes de la desalación limitan extraordinariamente su uso generalizado frente a otras fuentes de agua más baratas. Para reducir los impactos agronómicos y los costes, los investigadores plantean la remineralización de estas aguas mediante la mezcla con aguas continentales duras hasta conseguir unos estándares de calidad apropiados para cada tipo de cultivo. Hasta la fecha, estos estándares de calidad no están normalizados en España por lo que los investigadores instan a hacer los esfuerzos regulatorios necesarios para lograr este hito.
Finalmente el informe destaca la viabilidad técnica del uso de agua desalada en la agricultura, mientras que la viabilidad económica de su aplicación dependerá de las particularidades de cada caso. En el caso del embalse de La Pedrera, que recibe las aguas del trasvase Tajo-Segura y las suministra a los regantes del Campo de Cartagena y se encuentra a solo unos kilómetros de la planta desalinizadora de Torrevieja (Alicante), la proporción máxima de mezcla recomendable sería de un 40% de agua desalinizada y un 60% de agua de trasvase.
Descarga aquí el informe para más información.